¿Quiénes serán los asesores de Enrique Rivas Cuéllar?

SENCILLITO

¿Quiénes serán los asesores de Enrique Rivas Cuéllar?
Ayer cometió dos graves errores, uno que puede costarle su carrera política y otro que puede costarle su popularidad.
Vamos con el segundo que es el menos grave. ¿Quién le dijo que subiendo dos botes de basura a un camión de carga iba a ser considerado como súper héroe?
Esa medida populista antediluviana, en estos momentos de modernidad, le acarreó muchas críticas por parte de la ciudadanía. Iba muy bien cuando anunció que iba a analizar quitarle el contrato a Setasa y cuando un día anterior implementó un operativo con el personal de limpieza. ¿Qué necesidad de ir a recoger botes de basura? ¿No tenía algo qué hacer en la administración de la ciudad?
En fin, es sólo habla de su desesperación por ganar apoyo para su reelección.
¿Pero lanzar acusaciones sin fundamento contra un medio de comunicación?
Sin fundamento no por si tiene o no la razón, porque no identificó a nadie en específico que le pidió esos dos millones y medio de pesos, ni mostró algún documento que lo avalara, fue una declaración nada más, lo que le abrió la puerta a los del periódico para exigirle que ahora presente una acusación.
Va a saltar mucho mugrero en este pleito, pues en su opinión editorial ante estas acusaciones, El Mañana, porque tampoco la firma nadie en específico, arremete contra otros medios impresos, radiofónicos y de televisión, lanzándoles el reto que se mantengan con su difusión. ¿se revisarán las cuentas públicas? Cómo ha de extrañar el alcalde a Marco Antonio García como jefe de prensa, no es lo mismo la carrera periodística que la gerencia deportiva.
Y si le aunamos que Rivas Cuéllar ya tiene de crítica permanente a los “hermanos” de Carlos Canturosas, está muy cuesta arriba el cierre de año con cara a la elección del 2018.
Son muchos frentes y aunque nadie es monedita de oro, debe analizar con su grupo cercano, de manera fría, con prospectiva, el futuro inmediato y el camino a tomar para llegar a feliz puerto.
O a seguirse peleando.